30 de abril de 2011

Cuando observo este mundo

Antes de arrancar mi blog pensaba que cada nuevo entrada (post) sería como un reto, que lejos queda ese pensamiento ahora. Escribir me ayuda a meditar y reflexionar sobre aquello que pasa por mi mente “cuando observo este mundo”.
         Este es el título de la nueva entrada y es, también, el titulo de una canción de uno de mis grupos de rock favoritos; U2. Los músicos irlandeses editaron en octubre del 2000 un álbum llamado “All that you can’t leave behind” (todo aquello que no puedes dejar atrás). Este álbum, para mi gusto, se acerca al mítico “The Joshua Tree” del 1987. Pero no quiero hablar de la música de U2, mi intención es reflexionar sobre la letra de una de sus canciones que dice así:
   Cuando observo este mundo ¿qué es lo que veo?
   La gente encuentra todo tipo de cosas que les pone de rodillas.
   Veo una expresión, tan clara y tan real, cambia la atmósfera cuando entras en la habitación.
   Así que intento ser como tú, intento sentir como tú,
   Pero sin ti nada tiene sentido,
   Yo no puedo ver lo que tu ves, cuando observas este mundo.

       Bono canta que “no puedo ver lo que tú ves cuando observas este mundo”. No hay que ser muy conocedor de U2 para saber que ese “tú” corresponde, sin duda, a Jesucristo.
        ¿Cómo vemos nosotros nuestro mundo? A mi edad he pasado ya por diferentes generaciones, todas ellas con su particular mirada de este mundo. En mi adolescencia, en el umbral de los 80, nació la generación de la nueva ola, la generación Punk, con su “no hay futuro”. Más tarde surgió la generación yuppie. Luego apareció la generación X, que aún no me he enterado de que iba. Y hoy en día han surgido otras muchas, los NiNi , los canis, etc.
        Todas estás generaciones van acompañadas de fenómenos característicos en el mundo de la música, el cine, la moda, y de ahí que cada generación expone un determinado pensamiento y código de valores que los unifica. Y cada generación crea sus propios ídolos a quienes venerar. Es lo que la canción llama: “La gente encuentra todo tipo de cosas que les pone de rodillas”
       Aún recuerdo el día que asesinaron a John Lennon en el 1980. Todo una generación perdió su ídolo de referencia. Hay generaciones que incluso crean sus ídolos después de la muerte de estos, es el caso de James Dean. Con tan sólo tres largometrajes de cierta notoriedad, su imagen de joven rebelde alimentó la generación rockabilly, y fascinó las generaciones de décadas posteriores. En nuestro días hemos vivido la muerte del ídolo del pop, Michael Jackson.
     ¿Cómo vamos a ver el mundo con los ojos de Jesús si el hombre pone sus ojos en los ídolos que levanta? ¿Cómo puede la generación que postulaba “no hay futuro”, ver algo positivo en la humanidad? ¿Cómo puede la generación yuppie volver a creer en la libre economía después de la crisis que unos pocos de ellos generaron? ¿Cómo puede motivarse la actual generación NiNi (ni trabajan, ni estudian), si los valores de nuestra sociedad postulan que entrar en Gran Hermano es la medida de lo deseable?
     Pero ¿cómo es la mirada de Jesús, para que no podamos ver como Él observa este mundo? La contestación se encuentra insinuada al final de la canción. Dice así: “cuando pienso en ti y tu libro sagrada”.
      La mirada de Jesús, Dios hecho hombre, es diferente a la nuestra porque él es el creador. Nadie conoce tu interior mejor que él. Él puede clamar al Padre para que perdone a aquellos que lo mataron en una cruz. Y él sigue hoy en día clamando por aquellos que siguen buscando en ídolos inútiles algún sentido a esta vida.
        “Intento ser como tú, intento sentir como tú”. Eso solo lo conseguimos si la mirada de Jesús nace en nuestro corazón. Busquemos hacer nuestra su mirada.


24 de abril de 2011

Cuatro días en Narnia

Un año más hemos acabado nuestros días de campamento en El Bosque, Sierra de Grazalema, Cádiz. En la reunión de despedida me senté cerca de la ventana de la cabaña y pude ver el farol que aparece en la foto. Aquella imagen me confirmó que había vivido cuatro días en Narnia.
Cuando Lucy, la protagonista de la primera entrega de la saga Narnia en el cine, se pierde en el armario y termina aterrizando en Narnia lo hace cerca de un farol en medio de un invierno sin fin.
Evidentemente, no nos hemos encontrado con un invierno en El Bosque, pero si con abundancia de lluvia como corresponde a uno de los lugares de más precipitaciones del país. Ha caído tanta agua, que anoche antes de ir a dormir y en la puerta de la cabaña, una rana saltó sobre los pies de mi amiga y la hizo saltar junto a mi esposa.

¿Qué me lleva a pensar que he pasado cuatro días en Narnia, si descartamos el mal tiempo? Para poder responder a esa pregunta es necesario definir lo que para mí significa Narnia, y posiblemente, la definición ya conteste la pregunta.

Narnia es en la definición de su autor CS Lewis el reino del "León no domesticado"- Aslan. Siempre me ha encantado esa expresión, “un León no domesticado”. Nadie le dice al León qué debe hacer, qué tiene que decir, es un animal parlante que sustenta su autoridad sólo con el poder de su  Palabra. No conozco una figura más sencilla y a la vez más elocuente para presentar al León de la tribu de Judá, que no es otro que Jesucristo, Dios hecho hombre. Sostengo que he pasado cuatro días en Narnia porque me he sentido durante cuatro días como si estuviera en la presencia de Aslan.

Subir a la montaña, mientras que en Sevilla todo el mundo se disponía a disfrutar del folklore pseudo religioso de las cofradías, no deja de ser como meterse en un armario para salir a otro mundo. Un mundo en el que durante cuatro días veintitantas personas de edades entre nueve y ochentitres años han convivido estrechamente en un ambiente cerrado y con el agravante de un tiempo lluvioso sin par.
En los cuatro días no he oído una queja, ni una mala palabra entre los asistentes, ni una salida de tono, ni un mal gesto; todo lo contrario; cada cual ha procurado hacerle la vida agradable y placentera al otro; en una palabra: harmonía.
Yo no creo en la bondad del hombre, sólo creo en el amor de Dios, y cuando en un grupo tan dispar, durante cuatro días, se crea un ambiente tan lleno de gozo, paz y bondad; yo no puedo achacar ese hecho a lo buena gente que somos, sino a los pequeños milagros cotidianos de un Dios que vive en el corazón de quien cree en Él.
Yo no he visto con mis ojos al León allí en la montaña, pero sé que Aslan estuvo allí con nosotros. Cada uno de los que estuvieron allí conmigo me mostró algo del León para mi vida. Soy ahora más narniano que nunca.

A todos gracias por estar ahí, y Dios os bendiga.




19 de abril de 2011

La tiranía bendita de los 140 caracteres


Mi segunda entrada tiene que ver con un fenómeno que estoy descubriendo y que cada día le tengo más afecto. Se llama Twitter.
Al principio, como todo buen forjado y maduro carácter de hombre autosuficiente, pensé para mí, esto es algo como el facebook o peor;  “Yo estoy por encima del rollo de las redes sociales.”
A estas alturas debo hacer una mención a facebook. Nunca he sido muy amigo de esta herramienta, y después de ver la “oscarizada” película menos aún. Menudo personaje el tipo que inventó y dirige ese “tinglado” llamado facebook. Pero no dejo de reconocer que la idea es genial y que para conectar a tus amistades o conocidos,  y hacer que tu vida sea pública “facebook” es una herramienta increíble.
Es una plataforma perfecta para exhibirte sin tener que pasar por Gran Hermano. Es curioso, y a veces hasta patético, ver las cosas que la gente “suben” a su página, o lo que aún es peor, las cosas que los supuestos amigos “suben” de ti al facebook para que otros lo puedan ver, dar su opinión, criticar o juzgar por sólo una imagen. Hasta los expertos en Recursos Humanos han descubierto en facebook una herramienta para valorar a posibles candidatos a un puesto de trabajo.
Nuestras vidas están cada día más atadas a las redes sociales y, sin embargo, cada día hay más problemas de soledad y depresión en las sociedades llamadas “desarrolladas”.
Pero ¿en qué se diferencia el Twitter?, ¿no es también sólo una red social? Efectivamente, lo es. Twitter es un programa dentro de los que conocemos como aplicaciones de “red social”. Pero, y ahí radica la diferencia, es una aplicación sujeta a un tiránico y, casi infranqueable, requisito para muchos. La tiranía de los 140 caracteres.
Esto merece explicación:
1. Sólo puedes subir a tu cuenta mensajes que no sobrepasen 140 caracteres.
2. Cada tweet (publicación) tuyo es público y visible para todo el mundo que quiera seguirte.
3. Tus tweets se pueden reenviar a lo que se le llama retweet.
4. También se pueden subir fotos pero el resultado es bastante pobre, por lo que no es una aplicación muy visual.

            La clave está en que los 140 caracteres son un auténtico reto para la mente. ¿Cómo expresar un idea, un sentimiento, una reflexión en 140 caracteres? La tarea es un ejercicio arduo de síntesis. Eso es lo que lo hace para mí fascinante.
             Hay quien usa esta herramienta para expresar lo que hace y cómo se siente en algún momento del día. Y está bien, cada cual es libre de expresar lo que le apetezca.
 Pero hay quien en 140 caracteres te ofrece todo un manantial de vida, un pozo de experiencia comprimido en una frase. Una frase que te queda en la mente y produce en tu interior un caudal de reflexión, de ideas y de sentimientos.
           Hay los que lanzan una pregunta, una duda, un pensamiento, y tu mente bulle para contestar y aportar con tu respuesta algo de luz a la pregunta que prendió la chispa en tu mente.
            Hay quien usa este medio para recordar célebres citas de grandes pensadores. ¡Ay, si Seneca hubiera dispuesto de esta herramienta! Pero ahí están los que reproducen los pensamientos de otros para nuestro deleite.
           
            En definitiva, estimado lector, el Twitter nos abre un mundo increíble a la reflexión, si sabes escoger a las personas adecuadas a quienes seguir. Y, también, en ello radica un gran paso de madurez personal: eligir a las personas que nos benefician y dejar de lado aquellos que no aportan nada bueno a tu vida.

            Por cierto, esto no es un mensaje publicitario aunque lo parezca. Y, sin duda, habrá quien opine todo lo contrario de esta herramienta y merece todo mi respeto.

A todos gracias por estar ahí, y Dios os bendiga.

17 de abril de 2011

Dicen que arrancar es lo peor...

 Después de martirizar mis neuronas con la elección del aspecto del blog, pensando en que eso era la parte más dura, me encontré con lo que realmente es difícil; arrancar. (seguro que el aspecto lo cambiaré mil veces)

¿Cómo arrancas un blog personal? Hay los que piensan que se trata simplemente de contar tus rollos, tus paranoias... (por usar la jerga de hoy). En definitiva, ¿a quien le importan tus cosas?- piensan. El blog es una forma de terapia personal. Mi especial admiración por los que usan su blog para la auto evaluación y el crecimiento personal.

Otros arrancan un blog con las ideas super claras, como mi admirable hija. Ella necesitaba un blog para ampliar sus posibilidades de repercusión mediática como gurú de youtube, y allá que se metió de lleno en ello. Su novio le personalizó un blog con un aspecto impresionante y ella rellena en su blog todo aquello que muestra por su canal de Youtube. Perdonad, pero tengo que nombrar su canal, la sangre tira. (Publicidad gratuita: TheLeahBlessed en Youtube)

Pero, ¿es eso lo que yo pretendo? Llegado a este punto es cuando realmente arranca el tortuoso camino de convertirte en bloguero (la palabra ni siquiera existe en la RAE, perdón a los puristas de la lengua).
Preguntas casi existenciales afloran en tu mente y te sientas delante de esa página de entrada en blanco intentando contestarlas: ¿qué pretendo?, ¿para quién escribo?, ¿qué quieres alcanzar?
Mientras piensas en esas preguntas tan iluminadas, casi metafísicas, de repente caes en la cuenta que igual las gotas de sudor están algo empapadas de tu propia vanidad.
Y entonces me pasa como siempre que me miro y me doy cuenta que, posiblemente, me he mirado demasiado y no vi más allá de mí mismo.
¿Qué sentido tiene para mí crear, y lo que es más difícil, mantener un blog? (está por ver que lo consiga)
El sentido radica en escribir.
Escribir es poner sobre la pantalla aquello en lo que meditas acerca de ti mismo, de lo que te rodea, de lo que anhelas, de tus fracasos, de tus logros, en definitiva, es plasmar parte de la vida sobre la pantalla.
¿A alguien le puede servir esto? Claro que sí, a todo aquel que termine la lectura del blog con alguna idea nueva, una disensión, algún pensamiento diferente en su mente. Si esto ocurre, la escritura habrá creado un vinculo entre nosotros.
Ahí está el objetivo de este blog, ni más ni menos: Crear vínculos por la escritura.
El análisis de por qué es importante para mí, lo dejaré para más adelante, tampoco, se trata de que cada entrada del blog sea un libro.

Hablando de libros (publicidad personal) mi primera novela está a la venta en este enlace.
http://www.lulu.com/browse/search.php?fListingClass=0&fSearch=sinfonia+agridulce
Escribir es mi pasión, pero cuesta mucho trabajo. Hay que ser muy disciplinado y estoy en constante aprendizaje.

 En mi blog, también, encontraréis mi Twitter y Flickr. Con las fotos pretendo contar historias. La fotografía es una extensión de la literatura comentó Gabriel Brau, uno de mis admirados fotógrafos. Os dejo el enlace por si alguien quiere recrearse: http://www.gabrielbrau.com

Bueno hasta aquí el arranque. Amenazo con seguir blogueando. Perdonad las faltas y los errores. Espero ir mejorando. Admito y deseo toda crítica constructiva.
A todos gracias por estar ahí, y Dios os bendiga.